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Aprendí que aceptarme como soy ayuda a no sentirme solo.
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Aprendí que pedir ayuda a veces es necesario y hay que sacar fuerza y valor para hacerlo.
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Aprendí que nunca es tarde para decir la verdad por más dura que esta sea, si te quieren te sabrán entender y perdonar.
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Aprendí que nunca debes irte a la cama sin resolver una pelea.
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Aprendí que las cosas que duelen siempre dejan una enseñanza y tienes que aprender de ellas.
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Aprendí que una sonrisa lo cura casi todo.
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Aprendi que si sabes soñar, tus sueños se cumplen.
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Aprendí que si no quiero ser juzgado no tengo que juzgar a nadie.
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Aprendí que nunca es tarde para decir lo que siento y pedir perdón.
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Aprendí que lo que recibes es un reflejo de aquello que emito.
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Aprendí que no puedo cambiar lo que pasó, pero si puedo dejarlo atrás.
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Y que para pedir , antes tengo que agradecer cada día, todo lo que ya tengo.
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Aprendí que la alegría es la salsa de la vida.
Cuando queremos aprender, siempre encontramos al Maestro. Gracias.
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Gran verdad la número 5…
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Así es, las experiencias de lo amargo .. 😉
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nunca es tarde para aprender ni para corregir errores y pedir perdón, que si te lo propones todo lo puedes hacer, solo tienes que proponértelo, muy buenos pensamientos
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